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Fotos en redes sociales: ¡cuidado con lo que publicas!

Las redes sociales, desde la época de Orkut, son excelentes herramientas para mantenerte conectado con amigos y familiares, pues facilitan tu comunicación y te permiten compartir momentos importantes de tu vida. ¡Epa! Es precisamente en este acto de compartir momentos importantes donde existe un riesgo cibernético que, lamentablemente, aún pasa desapercibido para muchos internautas. Sabemos que, al fin y al cabo, el tiempo que reservamos para usar Facebook, Instagram y plataformas similares representa unos minutos de descanso en nuestro trajín diario; es comprensible que los usuarios se olviden de las prácticas de seguridad.

Sucede que, por difícil que resulte creerlo, una simple foto publicada en tu perfil puede servir como munición para que un ciberdelincuente lleve a cabo estafas en tu contra. A menudo, compartimos más información de la que deberíamos en las redes sociales y a un malhechor le basta solo con recopilarla, analizarla y estudiarla para descubrir muchos detalles sobre una víctima potencial. Sus gustos personales, sus desplazamientos diarios, su equipo de fútbol favorito, ese restaurante que visita semanalmente... Detente para pensar y observar tu propio perfil: ¿cuánto revelas de ti mismo?

Esto, por supuesto, sin mencionar los trágicos episodios en los que padres terminan involucrando a miembros de su familia o amigos en este lío. Una simple foto de sus hijos con uniforme escolar ya revela a qué institución asisten, algo que claramente pueden usar criminales dispuestos a cometer una infracción en el mundo físico. Además, papeles y documentos que parecen inocentes pueden revelar direcciones, números de teléfono, correos electrónicos o alguna otra información que, si se recopila, facilita fraudes y estafas de falsedad ideológica. 

Facilitando la clonación

Más que revelar pequeños fragmentos de información personal que permiten al ciberdelincuente armar un verdadero “rompecabezas” sobre tu perfil, también es común que internautas desatentos, dejándose llevar por la animación del momento y sin pensar en las consecuencias de su actitud, publiquen fotos de entradas recién compradas para espectáculos o billetes de viaje. Entendemos que estés emocionado por ver a esa banda que tanto te gusta o por visitar ese destino exótico, pero... ¿sabes lo fácil que es clonar esas tarjetas de entrada o de embarque? Códigos QR, códigos de barras, otros detalles... ¡Todo!

Y, por favor, recordemos la moda — que afortunadamente parece haber pasado, pero a lo mejor debemos prevenirnos — de tomarse una foto con la tarjeta de crédito más popular del momento solo para demostrar su orgullo de formar parte de un grupo selecto. Pues entérate de que el ciberdelincuente también formará parte de ese selecto grupo cuando copie los datos numéricos de tu misma tarjeta y la clone a la velocidad de la luz. Es mejor estrenar tu nueva tarjeta con una compra legítima que rebasar tu límite de crédito con una compra fraudulenta, ¿verdad?

¡Aprende un hábito más seguro!

Al final, todo se reduce a una palabra: atención. No es necesario ser paranoico al extremo; el problema está en publicar sin pensar. Por eso, antes de publicar una fotografía en las redes sociales, reflexiona:

  • ¿Esta foto revela de alguna manera alguna información o característica mía (o de alguien más que aparezca en ella) que no quiero que se haga pública?

  • ¿Esta foto revela de alguna manera alguna información sobre mí y/o mis hábitos y/o los de personas que también aparecen en ella que se pueda utilizar para dañar nuestra integridad física?

  • ¿Esta foto retrata, aunque no sea intencionalmente, algún documento, post-it, informe, apunte y derivados que sean sensibles, especialmente con respecto a mi trabajo?

  • ¿Esta foto muestra algún documento que otras personas puedan clonar o contiene información que, si se recopila, representa un riesgo para mi privacidad?

¿La respuesta fue “no” a todas las preguntas? Adelante. Parece algo que podría tomar mucho tiempo, pero cuando te acostumbres a hacerlas, estas preguntas se volverán totalmente naturales y las repasarás en tu cabeza rápidamente cada vez que presiones el botón “Publicar” en una red social. Así que practica y desarrolla este hábito seguro: ¡será bueno para ti, tus amigos, tu familia y tu negocio!